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Un desengrasante es un producto de limpieza doméstico o industrial fabricado generalmente con disolventes orgánicos como la acetona o el xileno. Dependiendo de la aplicación específica, puede contener álcalis, tensioactivos, enzimas o ácidos.
Los desengrasantes se utilizan para eliminar suciedad no soluble en agua, como grasa, pintura o cualquier otro tipo de suciedad.
Estas sustancias se utilizan en superficies muy diversas, desde un taller de montaje hasta una cocina. Si se encuentra suciedad en una superficie dura, se puede utilizar un desengrasante para descontaminar la zona.
Existen cuatro bases principales para formular desengrasantes con distintas aplicaciones :
Existen dos tipos diferentes de desengrasante: industrial y doméstico.
Los desengrasantes industriales están diseñados para hacer frente a las tareas más duras en entornos exigentes como fábricas, talleres mecánicos o áreas de producción alimentaria. Estos productos suelen ser más potentes que sus homólogos domésticos debido a la naturaleza y la cantidad de suciedad que tratan. Pueden contener disolventes más fuertes y agentes alcalinos o ácidos en altas concentraciones para disolver eficazmente grasas, aceites, resinas y otras sustancias difíciles. La seguridad en su uso es crucial, por lo que es esencial seguir las instrucciones de uso y llevar equipo de protección individual al manipularlos.
Los desengrasantes domésticos, por su parte, están formulados para ser seguros y fáciles de usar en el hogar. Están diseñados para el mantenimiento regular de cocinas, baños y otras superficies susceptibles de acumular grasa y aceite en el hogar. Estos productos suelen ser de base acuosa y contienen tensioactivos biodegradables que emulsionan la grasa para una limpieza eficaz sin dañar las superficies ni poner en peligro la salud de los usuarios y el medio ambiente. Aunque son menos potentes que los desengrasantes industriales, están diseñados para satisfacer las necesidades de limpieza cotidianas sin perjudicar a los usuarios ni al medio ambiente.
Es importante elegir un desengrasante adecuado a la naturaleza de la suciedad y al tipo de superficie que se va a limpiar. Los criterios de selección incluyen la seguridad de uso, la eficacia, el impacto medioambiental y el coste. Los usuarios también deben tener en cuenta la normativa local sobre el uso y la eliminación de productos químicos.
Antes de utilizarlo, es esencial leer las instrucciones del fabricante para garantizar un uso seguro y eficaz del producto.
Es aconsejable probar el desengrasante en una zona pequeña y poco visible para asegurarse de que no daña la superficie.
Al utilizar desengrasantes, especialmente desengrasantes industriales, es aconsejable llevar guantes y gafas de protección.
Asegurar una buena ventilación en la zona de trabajo para evitar la inhalación de vapores potencialmente peligrosos.
Los desengrasantes deben almacenarse en un lugar fresco y seco, lejos de fuentes de calor y de la luz solar directa.